FRAUDE CORPORATIVO




Cada día surge una nueva oportunidad de hacer negocios. Esta vez me ha llamado la atención el incremento de fraude que se produce en empresas, grandes organizaciones y estamentos públicos. Algunas empresas se están posicionando para ofrecer servicios sofisticados que sirven -según dicen- para prever o detectar fraudes de todo tipo.


Dadas la características de estos consultores especializados, se manejan en el mercado algunos datos e información de lo que está suponiendo este tipo de fraude y como se produce. Nos sorprende  que haya un 80% de empresas que son defraudadas y que estos delitos se gesten internamente entre los equipos de dirección. También sorprende la cantidad de delitos que hay en el mercado, propiciados la mayor parte de ellos, gracias a la tecnología las comunicaciones y, como no, a las redes sociales. 
La tipología de fraude más común son: la corrupción, la malversación de fondos y la manipulación, sin escrúpulos, de los estados financieros. Este último está muy bien arropado por la legislación ya que en ningún país se aplican minuciosamente los conceptos de “accounting” que se deberían observar. Por ejemplo los activos históricos vs. los actuales de mercado. En este caso concreto se puede abrir una brecha tan grande como la moralidad que   les permita utilizar, la conciencia de cada uno.
Óscar Camarillo, consultor especialista en soluciones de detección y prevención de SAS, aclara: “Las soluciones pasan por dibujar una relación entre cada uno de los datos sociodemográficos con los que contamos, cruzarlos y saber si, por ejemplo,  alguien de la base de datos de la empresa suplantó la identidad de otra persona en el pasado, incluso si ocurrió hace años”
Cuando la capacidad intelectual se pone al servicio del crimen organizado, no nos damos cuenta del perjuicio que ocasionamos a la sociedad. Veamos lo que dice un intelectual como Leonardo Boff, sobre las personas corruptas: El malo y el corrupto se esconden sin que nadie los busque y huyen sin que nadie los persiga. ¿De dónde les viene ese miedo y ese pavor? Sin duda alguna de la poca o mucha conciencia que les quede.
Las empresas que intentan penetrar en este mercado están muy preparadas en el aspecto tecnológico, sus sofisticados programas, les permiten, en muy poco tiempo, analizar cantidad de datos y situaciones difíciles, pero, donde no pueden entrar, es en el lado ético de las personas. De esta manera pueden cazar defraudadores y ponerlos en manos de la justicia, algo es algo. No obstante yo entiendo que lo deseable  sería que estos casos se redujeran en el tiempo, porque son las propias personas con su moral y sus valores los que han decidió por si mismos no cometer esos crímenes. Ese debe ser el camino. No lograremos nada desde la prohibición, el espionaje, las leyes, las normas, el castigo. El hombre siempre está dispuesto a utilizar atajos para eludir la legalidad y, lo peor, es que siempre los encuentra.
Se quiera o no se quiera, la solución pasa por descubrir y cultivar los valores personales de cada quién, saberlos aplicar en nuestra responsabilidad profesional y tener el don de convertirlos en virtudes. ¡Cuanto mejor nos iría¡   




Comentarios

  1. Derafael, acabo de leer esta reflexión en tu blog. Como sabes nos enseñaron en economía que la contabilidad debe de reflejar fielmente la situación real de las empresas (eso a mi que era de Economía General. Supongo que al de Economía de Empresa se lo dejarían más claro). Si la contabilidad deja de ser fiable, un nuevo desastre a añadir a la crisis financiera se cierne sobre nuestras sociedades avanzadas. Necesitamos leyes contables que dificulten la corrupción contable de los directivos, y que su incumplimiento se castigue en el código penal. No impedirán del todo la corrupción, pero al menos la sociedad podrá penalizar y encarcelar a los tramposos, como hacemos con los violadores. Comparto tus valores, pero considero que no se pueden dejar estas cosas a la mejora natural de la condición humana.
    ¿Te imaginas dejar las reglas de tráfico a la buena fe de las personas?. Al conductor ebrio ya le estamos aplicando el código penal.Pues al directivo que hace trampas contables lo mismo.Los políticos deberían de preocuparse muy seriamente de este problema que tu apuntas y promover la ley oportuna. ¡El código de comercio se nos está quedando viejo!.
    Un abrazo. Anónimo = angel suarez

    ResponderEliminar
  2. Los delitos en el mercado no están propiciados por las tecnologías de las comunicaciones ni por las redes sociales sino por el egoísmo y la ambición desmedida. El sistema capitalista propicia estos problemas, pues detrás de sus proclamas de libre comercio y libertad económica busca disminuir y neutralizar las regulaciones para evitar las trampas. Como ejemplo véase lo que pasó con la titularización de las hipotecas y cómo los bancos eludieron Basilea II transfiriéndoselas como "activos" a entidades financieras de su pertenencia. Los sistemas marxistas también han fracasado por la misma causa, ya que finalmente el todopoderoso estado está compuesto por burócratas, hombres corruptos y deseosos de poder insensibles a los problemas y el sufrimiento de sus gobernados.
    Ningún sistema tiene la solución. Aunque necesitamos algún sistema para organizar la sociedad, es necesario que sea verdaderamente democrático. que la gente tenga libertad para pensar y para elegir, que esté basado sobre valores de respeto y de verdadero cariño a la vida en su conjunto, y que se persiga y se castigue a la delincuencia.
    Lamentablemente hay muchos poderes que manipulan de muchas formas la opinión pública para sumergirnos en el consumismo más acérrimo y evitar que la gente piense por sí misma y tenga sentido crítico. Los dogmas, las ideologías implantadas en nombre del sometimiento que explotan el deseo de una vida mejor de la mayoría de la gente son un cáncer, propiciado por la educación al servicio de esos intereses. Cuando se enseñan "valores" y no a descubrir auténticos valores por nosotros mismos, estamos alimentando el caos y el sufrimiento.
    Un saludo. Carlos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario