UNA VISIÓN HETERODOXA DE LA ECONOMÍA EN 2013 Y
SIGUIENTES.
Previamente a explicar la forma como, en pocos años, la
acumulación se ha convertido en el proceso productivo de la industria de las
finanzas utilizando la especulación como vehículo inversor, voy a dedicar una
breve reflexión al binomio acumulación-distribución. Interesa destacar los comportamientos y
valores éticos que hay detrás de cada uno de los componentes de este
binomio. Los actuales gobernantes no
acaban de entender que no tenemos problemas de deuda, ni de déficit ni de moneda,
ni de prima de riesgo, aunque esa es la apariencia que nos cuentan y que tiene
atrapados a la mayoría de los analistas. En realidad tenemos problemas de
excesiva acumulación y poca distribución; problemas iniciados en el mundo
financiero irracional y amoral, trasladados ahora a la economía real; problemas
en cuya resolución las instituciones democráticas están resultando
peligrosamente inútiles.
1. Se inicia
2013 y mantenemos el falso debate entre austeridad y crecimiento. Nos
ocupamos de esto en lugar de
preocuparnos por la acumulación y la distribución. Los Gobiernos europeos
tratan de insuflar optimismo para genera actividad económica, mientras sus
políticas imponen la austeridad y protegen la acumulación. Dos ejemplos: en
Alemania se publicita la menor tasa de paro desde los años 60 del siglo pasado
pero se reconoce que los “minijobs” de salario miserable no paran de crecer. En
España decrece el paro estacional por los contratos temporales de la Navidad y
las autoridades venden el dato como la reducción de “este tipo de paro”,
mientras el “mileurista”, figura denostada antes de la crisis, es visto ahora
con envida por el parado. Aunque Merkel ha afirmado que 2013 será también un
año difícil, el Gobierno de España anuncia la recuperación de la actividad
económica para el tercer trimestre de 2013 (coincidente con las contrataciones
de verano) y su continuidad en 2014. A nivel global, la Presidencia de Estados
Unidos salva en el último minuto el riesgo del abismo fiscal, pero en realidad
sólo lo ha aplazado hasta primeros de marzo, y para asombro de los ciudadanos
contribuyentes, los medios de comunicación informan que la mayoría de las
multinacionales usan la “ingeniería fiscal” para eludir legalmente el poder
fiscal de los Estados, y no pagar impuestos ni en el país de origen del dinero
ni en el país de destino.
2. El
panorama es desolador. El FMI (una institución multilateral y no democrática)
alaba el valor de las autoridades y ciudadanos portugueses dispuestos a reducir
la indemnización por despido a la mínima expresión (12 días por año trabajado)
a cambio de que Portugal reciba otro tramo del rescate financiero. Ante tanta
desgracia, casi es un alivio escuchar promesas de optimismo en la economía pues
el optimismo mejora las expectativas de futuro, y una mejora de las
expectativas de futuro mejora el consumo, la producción y teóricamente el
empleo. Pero reprocho a los gobernantes y muy especialmente a los de España y otros
países intervenidos, que no se pregunten si el optimismo que predican tiene
fundamento. Porque en economía como en lo demás ámbitos de la vida (el deporte,
el estudio, la familia, las relaciones etc.), dando cobertura al optimismo
están las conductas. La conducta es la infraestructura que soporta el
optimismo, y vemos que la infraestructura de las conductas económicas está
gravemente dañada y ofrece pocos incentivos al optimismo, a pesar del descenso
de la prima de riesgo.
3. Lamento
que los Gobernantes y líderes no se percaten de este hecho, y lamentaría más
que se estuvieran percatando pero lo estuvieran ocultando a la ciudadanía. No
haré juicios de valor. Me limitaré a describir lo que veo, y veo mucho
optimismo ingenuo y simplón. Veo deseo de optimismo sin fundamento, como el de
aquel alumno que desea aprobar pero pasa las horas muertas, sentado en la mesa
y pensando en las musarañas, sin hacer ningún esfuerzo para entender y
memorizar. Veo conductas de acumulación y de enriquecimiento rápido, irracional
y amoral por todas partes. Dudé si cambiar el orden del título de esta
reflexión colocando la distribución delante de la acumulación, pero de hacerlo
hubiera pecado yo mismo de optimismo simplón porque es la acumulación la que
avanza y es la distribución la que retrocede. Por tanto el título tiene el
orden correcto: acumulación frente a distribución.
4. Llamo la
atención sobre un hecho evidente e incómodo: Generar acumulación o distribución
es el resultado de las conductas económicas, tanto individuales como
colectivas. Y detrás de las conductas económicas están los valores éticos. Las
conductas de acumulación se sustentan en vicios morales como la codicia, el
egoísmo, la avaricia, la usura, el beneficio irracional, la inseguridad etc. .Las conductas de distribución se sustentan
en virtudes morales como la solidaridad, la cooperación, la generosidad, el
beneficio razonable, la seguridad etc. Son estas conductas las que causan la
pobreza o la riqueza de las naciones, de los Estados y de las sociedades al
impregnar con su modo de hacer a las instituciones que Gobiernan los países y a
los líderes que las dirigen. Aconsejo la lectura del reciente ensayo de Daron
Acemoglu y James A. Robinson “Por qué fracasan los países” para ahorrarme
argumentos. Las conductas de acumulación amparadas en vicios morales conducen a
las sociedades a la ruina económica y a la destrucción democrática, y antes de
arruinarlas, degradan sus instituciones. Esta es la crisis en la que estamos
metidos. Un gobernante debería saber que un optimismo económico con fundamento
tiene como infraestructura las conductas económicas y las conductas económicas
tienen como infraestructura los valores éticos. Por tanto el optimismo
fundamentado se sustenta sobre valores éticos, y parafraseando a Bill Clinton
debemos decir “es la ética, estúpido”. Los dirigentes españoles, europeos y
globales deberían ocuparse principalmente de implantar políticas y construir
instituciones que promuevan los valores éticos, las conductas de distribución y
las virtudes morales. ¿Y qué están haciendo?.
5. De
momento veo a los dirigentes y gobernantes cabalgando sobre las instituciones y
más ocupados en proteger los vicios morales que dan soporte a las
conductas y políticas de acumulación que
en favorecer las políticas y virtudes que dan lugar a las conductas de
distribución. El diagnóstico del enfermo es claro pero nadie fabrica las
medicinas. En lugar de políticas de distribución veo por todas partes y en todo
momento políticas de recorte. Y justificando las políticas de recorte veo a las
políticas de acumulación. Se recorta a los más para que acumulen los menos.
Como bien dice J. E. Stiglitz, “el 1% de la población tiene lo que el 99%
necesita”. Incluso cuando se intenta tibiamente promover conductas de
distribución, como hacen en Estados Unidos los demócratas en el Gobierno,
fracasan por la oposición de los republicanos. Ya estamos en tiempos malos,
pero vienen aún peores porque las conductas de acumulación exigen políticas que
son una locura y que traen la ruina a la mayoría de los ciudadanos. Aprovecho para aconsejar la lectura de otro
ensayo excelente de 2012 que nos ilustra sobre la ruina que produce la
acumulación, me refiero a “El precio de la desigualdad” de Joseph E. Stiglitz.
6. Las
políticas de acumulación exigen sacrificios tremendos a los ciudadanos
indefensos. Exigen desmantelar el Estado (tanto si es de bienestar como si no)
para transferir al ámbito del negocio todo lo que pueda generar ganancia y
acumulación irracionales (la salud y el empleo a las aseguradoras, las
pensiones a la banca y a los fondos de inversión, la educación a las escuelas y
universidades con ánimo de lucro, el orden público y la defensa a las empresas
de seguridad, etc.). También exigen reducir el tamaño de las economías
públicas, impedir a los Gobiernos establecer políticas económicas
independientes, poner los Estados y la democracia al servicio de los mercados,
y finalmente exigen poner los mercados al servicio de las conductas de
acumulación. Quien no vea esta realidad, es que está ciego o es un privilegiado
con intereses que recibe los frutos de las conductas de acumulación.
7. Acumulación
contra distribución. Guerra contra paz. Quiero concluir esta reflexión
construyendo una razón matemática de equivalencia, elemental para entender el
pasado y también el futuro: la acumulación es a la guerra lo que la
distribución es a la paz. La guerra y la
paz se miden en unidades de violencia. La acumulación y la distribución se
miden en unidades de solidaridad. Las unidades de violencia y de solidaridad
forman un juego de suma cero en el desarrollo de una sociedad. Más unidades de
violencia son menos unidades de solidaridad. Y a la inversa, más unidades de
solidaridad son menos unidades de violencia. Es lógica matemática aplicada a la
vida real. Confiemos en que los líderes políticos y económicos acaben
entendiendo esta lógica sencilla que hoy desprecian, y que los ciudadanos les
den el apoyo democrático que necesitarán para generar instituciones y actividad
económica de distribución en 2013 y siguientes. Necesitamos más distribución y
menos acumulación. También necesitamos mejores instituciones, mejores
dirigentes y mejores políticas. Es mi petición para 2013.
José ángel Suárez
José de Rafael
25 de enero de 2013.
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