En los mementos de crisis mundial por los que estamos
pasando y que muy posiblemente ya no abandonemos jamás, es necesario agudizar
el ingenio el talento y lo que haga falta para encontrar una solución digna y
duradera. Veo muy pocas personas ocupándose de esto y, como no podía ser de
otra manera, a ningún político del mundo mundial. Gandhi dijo: “Se tú el cambio que quieres ver en el mundo”.
Se presenta una prometedora oportunidad para hacer nuestra,
esta magnífica reflexión del hombre que amo al mundo. Está muy claro que
continuar con lo que se está haciendo solo puede conducir a un sobre
endeudamiento que nadie podrá garantizar. Es necesario tomarse más en serio todo lo que
está pasando, ¿por qué está pasando? y que soluciones y oportunidades podemos
generar.
En una entrevista realizada a Jhon Medaille - escritor
neo-distributista- dijo: Desde finales del siglo XIX, la economía se mantuvo
lejos de la justicia, especialmente la justicia distributiva, pero al hacerlo
perdió la capacidad de describir con exactitud la actual economía. Por lo
tanto, nadie debería sorprenderse de que el 90% de los economistas no
percibieran los signos de alarma de la actual crisis financiera. Y lo mismo
sucede con las anteriores crisis. No se puede predecir la marcha de un sistema
si no se puede describir este con exactitud.
Que la economía no es una ciencia exacta los sabemos todos,
lo que hemos ignorado y consentido es, la irresponsabilidad de los economistas
que amparados en la inexistente justicia económica, cobran importantes
cantidades de dinero por exhibirse jugando a la bola de cristal. Claramente,
aquí aparece un problema moral con consecuencias graves.
Jhon Medaille es un precursor de la Justicia distributiva y
por consiguiente del distributismo. Afirma que el capitalismo y el socialismo
no son realidades opuestas; una es la continuación de la otra, y el
distributismo es lo opuesto a ambas: es el libre mercado.
Todos sabemos que la tendencia del capitalismo es concentrar
la propiedad en manos de unos pocos, mientras que el socialismo hace lo mismo
con distinto destinatario, el estado. Ambos controlan los recursos en beneficio
propio y con escasa o nula distribución al público en general.
Adicionalmente la concentración de la riqueza en el poder económico y en el poder
político, genera un estado gigantesco y una corporación gigantesca que
forzosamente convierte al individuo en situación de servilismo. Si alguien
duda, le remito al reciente movimiento denominado: “los indignados”.
A la pregunta, ¿cómo
sería una sociedad distributiva?
Medaille, contesta:
¡Buena pregunta! Cuando se trata de sistemas económicos, es
mejor no quedarse totalmente en la teoría abstracta sino confiar sólo en
sistemas que están sobre el terreno y que funcionan.
Por ejemplo, el capitalismo puro y el comunismo puro (al
margen de los entornos monásticos) nunca han funcionado, y no hay ejemplos
actuales que funcionen. El capitalismo ha sido siempre impuesto y sostenido por
el poder gubernamental, mientras que el socialismo tuvo que permitir una cierta
libertad de mercado para poder funcionar.
El distributismo, por otra parte, puede mostrar un cierto
número de modelos que funcionan, tanto a gran como a pequeña escala. Está la
Cooperativa Mondragón en España, propiedad de los trabajadores, que tiene cien
mil trabajadores-propietarios y unas ventas de 25.000 millones de dólares. Está
la economía cooperativa de Emilia-Romagna, Italia, en la que el 40% del
producto interno bruto proviene de las cooperativas. Y hay miles de compañías
que reservan un cierto número de acciones a los empleados, o les dan
participación en la elección de los consejos de administración, cooperativos,
mutuas de seguros y uniones de crédito.
La verdad es que el distributismo va de éxito en éxito,
mientras que el capitalismo va tropezando de rescate en rescate de la
bancarrota.
Lo interesante es que una empresa distributista como
Mondragón ha sido capaz de construir sus propias redes de seguridad, sistemas
escolares, institutos de formación, centros de investigación y desarrollo, y
una universidad, todo de sus propios fondos y sin ayudas gubernamentales.
Está más cerca del ideal libertario que cualquier otro
sistema que haya existido basado en el laissez-faire.
Por si no lo sabes, el distributismo fue inspirado por: G.K.
Chesterton e Hilaire Belloc.
Para terminar, Medaille analiza el sistema de salud
americano que para los españoles empieza a sonarnos. Dice: Nuestro país ha
vivido ya un gran debate sobre este asunto en el que se omitió el punto
principal: que se basa en una distinción espuria entre socialismo y economía de
mercado.
En Europa nos hemos cansado de innovar y ahora solo
copiamos las malas prácticas de las grandes potencias.
Dejo esta pregunta a mis seguidores: ¿Podría llegar
a tener futuro en España, un Banco Distributivo?
Vente a Social&social en la uned, Madrid.
ResponderEliminarTenemos un encuentro el próximo 11 de enero, mañana, de esas empresas que te gustan.
Salón de actos de la Facultad de Ciencias Politicas y Sociología de la uned
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