TRABAJO PRODUCTIVO VS. TRABAJO IMPRODUCTIVO


                 




Decía, Adam Smith: Hay un tipo de trabajo que aumenta el valor del objeto al que se incorpora, y hay otro tipo que no tiene ese efecto. En tanto produce valor, el primero puede ser llamado trabajo productivo; y el segundo trabajo improductivo. Este párrafo lo he sacado de su obra, An Inquiry into  the Nature and Causes of the Wealth of Nations, la cual recomiendo aunque este escrita en 1977; hay versión en español.
Aunque es un libro que lleva un montón de años en mi librería, tuve la suerte de localizarlo y releerlo. Este ejercicio me ha clarificado muchas incógnitas sobre lo que está pasando en el mundo entero. Muy posiblemente, el afán de supervivencia que impera en este momento en  nosotros, nos impide ver con claridad lo que nos está aconteciendo.
Veamos fugazmente lo que está pasando. Sucede en la asamblea general del Banco Interamericano de desarrollo en la que se ha detectado un fenómeno que los tecnócratas del banco han llamado: “los vulnerables”. En el caso de América Latina, el Banco Mundial y las demás instituciones financieras multinacionales no pueden decir mucho porque todavía no entienden porque en gran parte de la región la acumulación capitalista crece y prospera. Para confundir aún más, recién publicaron un informe donde dice que ha “emergido” una nueva clase social en América latina que llama “los vulnerables”. Representa el 37.5 por ciento de los latinoamericanos (es decir, 3 de cada ocho de los habitantes de la región son “vulnerables”)  Estamos hablando de un desplazamiento de la pobreza a la clase media. Todo lo contrario está ocurriendo en los países en recesión,  estamos desplazando clase media a clase vulnerable. Este fenómeno, del que pocos se ocupan, se entiende perfectamente después de leer a Adan Smith.
Como ya sabemos los regidores son muy dados a poner etiquetas  a situaciones límite pero nadie se moja en dar una solución. Los más listos, lanzan paquetes de medidas con cien teóricas soluciones  que aburren, nada mas leer la tres primeras. Otros gobiernos intentaron semejante despropósito con resultados palpablemente negativos. Pareciera que los funcionarios de la administración tiran de manual y en cuarenta y ocho horas lanzan el paquete al uso, para el político en funciones.
Pero vayamos a lo nuestro. Cuando un ciudadano contrata a una persona para convertir una materia prima en un objeto por el que alguien pagara una determinada cantidad está en la senda  de la economía productiva. Un hombre puede enriquecerse contratando a 1000 hombres que hagan esta práctica. La cara opuesta sería la de un ciudadano que contratase a 1000 hombres para servirle sin crear más valor que el de su propia comodidad personal. Esta es una economía improductiva en la que el sujeto puede llegara a arruinarse. La diferencia entre lo que produce la economía productiva  y lo que lastra la improductiva es lo que fija la riqueza de un país, es decir el producto interior bruto.
Si hacemos una comparativa en España entre la economía productiva  y la economía improductiva nos puede dar un  ictus al ver la realidad, desmesuradamente aumentada. No hace falta destacar ni denunciar aquí, quienes en su trabajo son improductivos. En las empresas ocurre otro tanto, hay trabajadores que con facilidad se les mide la productividad y otros que no hay manera de hacerlo. El desequilibrio que se produce puede ser tan grande como para tener que cerrar la actividad y caer en banca rota. También podríamos denominarlo, un caso de deficiente o irresponsable gestión. Quiero dejar muy claro que no todos los trabajadores improductivos son prescindibles ya que son muy necesarios pero en su justa proporción. Otra cosa son los improductivos corruptos. Estos son criminales que para lucrarse indebidamente provocan un caos desmedido en la economía de un país. Esta lacra social, por desgracia cada vez más extendida e incontrolable, incrementa tanto  la improductividad laboral que para equilibrarla es necesario gastar doce veces más  del presupuesto anual aprobado. Si consideramos que el 90% de los corruptos mandan su botín a paraísos fiscales la improductividad queda clara y manifiesta y la disminución del capital en las arcas públicas también.
Smith, mantiene que la causa principal del aumento del capital no es el trabajo sino la frugalidad y es que por mucho que consiga el trabajo si la sobriedad no lo ahorra y acumula, el capital jamás podrá crecer.
¿Qué es lo que hemos aprendido? Cuando el derroche o imprudencia de unos no se compensa con la frugalidad  y sobriedad de otros, emerge la deuda pública.

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