UNA VACUNA PARA LA CRISIS (II)

La mayoría de las personas nunca se han planteado reflexionar sobre esta verdad que por desgracia marca nuestra sociedad, débil y enferma.

 “Aunque la mayoría de las personas no van hacia ninguna parte, es un milagro encontrarse con una que reconozca estar perdida”.  (José Ortega y Gasset)



¿Te has preguntado alguna vez, tiene la vida algún sentido? No hacerlo implica una dejación, posiblemente bastante peligrosa. Ojo, tampoco pretendo asustar a nadie. Lo más probable es que la mayoría de nosotros hayamos decidido nuestro futuro, a los diecisiete años, es cuando uno tiene que tomar una decisión tan trascendente como la de elegir una carrera. Esta decisión influirá a lo largo de toda una vida, posiblemente más de 40 años. Cinco años más tarde el hombre, la mujer, tiene que tomar una segunda decisión que muy posiblemente influirá decisivamente, para bien o para mal, en su futuro personal y profesional. Al no querer estar solos, el hombre, la mujer deciden compartir éxitos y fracasos juntos. Del amor entre ambos nacerán hijos. Todo ello marcara definitivamente lo que seremos, lo que no seremos y, sobre todo, nuestra capacidad y voluntad de ir creciendo como personas.

Si nuestra vocación se inclina de este lado, dar sentido a nuestras vidas, estamos salvados; pero si nos abandonamos a nuestro destino es cuando lo pasaremos muy mal. Es muy posible que nos conformemos en ver televisión y poco más. Hay millones de familias que pasan las horas seleccionando el mejor programa, normalmente suele ser el peor, terminando  embebidos en una dinámica peligrosa con la que se  auto destruyen.

Atrás, habrán quedado preguntas, como:
  ¿Qué te llevo a estudiar lo que estudiastes?
  ¿Cuáles eran tus objetivos?
  ¿Eras consciente de que esta decisión  marcaría los próximos 40 años de tu vida? 
  ¿En qué quieres desarrollarte  o hacer una aportación más allá de simplemente tener un empleo?
  ¿En qué invertirás tú tiempo y energía los próximos 40 años de tu vida
  ¿Diseñaras tus perfiles: laborales, personales, familiares o de ocio?

Muy pocos suelen acertar con su elección de carrera. Casi todos lo hemos hecho influenciados por algo o alguien. Sinceramente no me parece lo adecuado.

¿Qué deberíamos hacer? Pone algo de orden en nuestra vida. Yo siempre pienso que nuestro paso por la vida es un viaje. Tal vez el  más largo y trascendente de todos los que podamos haber hecho o pensemos hacer próximamente. En nuestros viajes familiares de ocio o profesionales ponemos el máximo desempeño en que todo salga correctamente según nuestros deseos o necesidades; sin embargo, en el más importante ni nos lo planteamos. Sin darnos cuenta entregamos nuestro destino a cualquier avatar que se nos presenta, como si la cosa no fuera con nosotros. Mal, Mal, Muy Mal.

Soy de los convencidos de que ha llegado el momento de plantearnos urgentemente una forma de vivir más humana y personalizada a nuestras inquietudes, todo ello para conseguir una vida lograda que no es lo mismo que haber vivido una, malograda.   

Casi siempre pensamos que lo que hacemos, sobre todo, profesionalmente es en realidad lo único que se debe hacer. Analizando este vídeo nos daremos cuenta de lo equivocados que estamos y de lo poco que llegamos a conocernos. Somos capaces de traicionar nuestros principios y vivir de espaldas a nuestros valores. De la misma manera que la voz no es nada si le falta la palabra, el hombre no es nada si le faltan  los valores. 

Postular una sociedad al servicio de los valores propios equivale a postular una sociedad verdaderamente humana. LOS MEDIOS ACABAN DEVORANDO LOS FINES.   




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