VALORES vs. ANTI VALORES



Vivimos momentos difíciles que requieren la búsqueda de soluciones singulares. Nada es igual en el mundo empresarial  desde el año 2007, las múltiples técnicas de  liderazgo en la gestión, no sirven para resolver los problemas actuales. No parece ser lo más acertado, intentar  solucionar problemas  nuevos con técnicas caducas.


Observo, desde hace bastante tiempo, un comportamiento especialmente peligroso en los profesionales con alta responsabilidad ejecutiva. Son personas que ofrecen una imagen de enorme desmotivación que desgraciadamente transciende hacia la base de la pirámide laboral. Han sido excelentes profesionales pero, dada la situación de precariedad profesional con la que viven, están anteponiendo sus intereses particulares a los intereses a los que se supone deberían  servir. Ellos se contagian del incierto ambiente que se respira en los consejos de dirección, con  las medidas de austeridad que difunde la compañía y con los despidos que se producen frecuentemente. Cuando la compañía es multinacional, los problemas se incrementan dada la débil imagen que ofrece nuestro país junto con la que, desgraciadamente, ofrecen  nuestros inexpertos políticos, allende nuestras fronteras.  Negar esta situación es negar la realidad. Esto está sucediendo en un elevado porcentaje de empresas  y  percibo, con gran asombro, que nadie mueve ficha para resolver una situación que puede ser el fin de nuestra maltrecha economía. Factores como la productividad y la competitividad,  son sin duda alguna, los más afectados y, al mismo tiempo, los más sensible ante lo que debería ser un deseado proceso de estabilidad.

En mis intervenciones para difundir  los valores personales desde la ética moral, con frecuencia, comento la enorme cantidad de decisiones que el ser humano debe tomar en tan solo un día, por ejemplo. Muchas de estas decisiones nos vienen  dadas  por la enorme cantidad de propuestas de ámbito personal y profesional que nos ofrecen, bien sea por publicidad convencional, por correo electrónico en particular o, por cualquier otro ingenioso medio con el que el gran mundo del marketing proporciona a la indefensa sociedad. Una parte muy importante de estas ofertas resulta ser engañosa y ello hace que perdamos más tiempo de lo normal en tomar una decisión acertada. Es tan solo un ejemplo de los muchos que podría aportar para destacar la agresión continua a la que todos nos vemos sometidos a lo largo de los 365 días y 6 horas,  del año.


El hombre, la mujer, son víctimas del acoso continuo al que se ven sometidos y precisan de formación espiritual que les permita reaccionar ante estos escenarios. El hombre, la mujer han recibido, una educación y una formación técnica pero, jamás una formación sobre cómo manejar su propia personalidad  desde el punto de vista de los valores personales. En muchas ocasiones ignorando que los posee y por ello no utilizándolos. Ese, es el error más grande que alguien, con responsabilidad, pueda cometer por desconocimiento de que en su ser, habitan una serie de valores que, adecuadamente gestionados, le pueden ayudar  a  consolidar un comportamiento en el que todos las debilidades mencionadas puedan ir despareciendo en la medida en que el hombre y la mujer sean capaces de: identificar, comprender, amar,  interiorizar y practicar esos valores personales.  Los anti valores  que normalmente afloran en nuestra personalidad son altamente dañinos y provocan comportamientos muy negativos. La falta de motivación en los mandos con responsabilidad, generan un colapso en la organización difícil de resolver si las personas no conocen y luego ejecutan su plataforma de valores personales basada en la ética moral. Este es el reto para hacer frente a los anti valores.

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