Se cumplen diez años desde la declaración de la bancarrota
de una compañía que durante los últimos seis, había sido distinguida por la
revista “Fortune”, como la empresa más innovadora del mundo. Posiblemente, los
de “Fortune” decidieron no premiarla un
año más, debido a los rumores que
sobrevolaban sobre ENRON. 101.000
millones de dólares de facturación se desplomaban en menos de 35 días, lo que
constituía todo un récord.
Mencionemos someramente las consecuencias de este monumental
escándalo financiero, tal vez sino el mayor, el más espectacular, dadas las
consecuencias que se derivaron. La caída de una de las más emblemáticas
compañías en la que todos nos sentíamos orgullosos de pertenecer a ella.
Andersen (Arthur Andersen) era en ese momento,
un referente de la ejemplaridad y de las buenas prácticas en el mundo de la
auditoría contable y de la consultoría. ENRON también involucro a todo el sector financieros de los estados
unidos poniendo en duda la honorabilidad de todo el sector. En el trágico
trayecto hubo dos suicidios y más de tres altos ejecutivos encarcelados con
condenas de entre seis y diez años.
También se registraron innumerables daños sociales, tanto en
los inversores como en los trabajadores y un rosario de incumplimientos que
solamente personas desposeídas de un mínimo de ética y moral, causaron a la
sociedad estadounidense.
Este caso que acaparó cientos de portadas en todos los
medios, no podía pasar desapercibido, desde el momento que me encargaron el análisis,
diseño y dirección de un seminario sobre
CORPORATE VALUES. Diseccionando el caso, tal
y como lo he hecho durante dos meses, me doy cuenta de lo que puede urdir la
mente humana cuando está bien preparada técnicamente y al mismo tiempo carece
de la mínima instrucción, en valores personales. Cuanta más grande es la brecha
entre los valores y el conocimiento, mayores son las posibilidades de que se
produzcan situaciones como la que nos ocupa.
Voy a tener la oportunidad de debatir esta mala práctica
empresarial con personas que desean poner freno a una moda que solo conduce al
caos. Personas que quieren dar lo mejor de ellas para que la sociedad les pueda
reconocer su valor como personas y como profesionales. Ellos a su vez, podrán
sentirse orgullosas de haber dado un sentido a su vida. Trabajaremos con ejemplos
de lo que hicieron mal los hombres de ENRON, cuáles eran sus motivaciones para
pensar en el enriquecimiento ilícito a costa de terceros que actuaban de buena
fe, como estos hombre infringían a diario las más elementales normas éticas
como si las leyes fueran aplicables a todos, menos a ellos. De todo esto espero
y deseo que aprendamos, lo suficiente, para ser personas integras.
El seminario dispone de una parte visual -video- en la que se pueden apreciar gestos, palabras
miradas que delatan a los protagonistas, su desfachatez como personas así como
la falta de escrúpulos para enfrentarse
con el estado más poderoso de los estados unidos generando una situación
cuasi bélica, entre ENRON y el Estado de California. El pulso le costó a este la
respetable cifra de 35.000 millos de dólares y proporciono jugosos beneficios a
los hombres de ENRON.
Resulta bastante fácil imaginar la situación que se provoca,
entre un reducido número de desalmados, cuyo objetivo es vigilar a diario el
precio de sus acciones para comprar y/o vender según las reacciones que sus
decisiones pudieran impactar en los mercados. Hoy es una práctica que se realiza
con la aquiescencia de todos los gobiernos y crea una situación de extrema
gravedad para la estabilidad socio económico de nuestro planeta.
No me cansare de decir que tenemos la obligación de
reaccionar enérgicamente ante este tipo de situaciones. No podemos permanecer quietos
y encima, admirar a unos individuos que
se han apoderado del dinero de los trabajadores, de los pequeños accionistas de
los contribuyentes, ¡ah¡ y todo este esfuerzo, para terminar esposados con las
manos en la espalda camino de la respectivas penitenciarias para cumplir sus
bien merecidas condenas. En los estados unidos la justicia es más exigente que
la que se contempla en nuestro país.
Poner freno a estos desmanes es una de las principales
responsabilidades que nos queda por ejercer. Ojala estos Seminarios Corporativos sirvan para crear una
nueva cultura más acorde con la condición humana. No habrá estabilidad social
mientras tengamos que denunciar este tipo de operaciones. Lo que si tendremos, es
crisis y más crisis.
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