Una cuestión de ética

Es posible que si las grandes empresas españolas plantearan un cambio de sede abandonando nuestro país conseguirían abaratar sus costes financieros considerablemente, al menos en 200 puntos básicos.

Los principales responsables, no están por la labor, al menos de momento y, piensan permanecer en España dando un testimonio ético y, porque no, ejemplar.

Ni Botín ni Alierta están por la labor, a pesar de ser los principales contribuyentes a las endebles arcas de nuestra hacienda pública. El primero afirma haber pagado 2.936 millones de euros, en 2011 y el segundo, 3.829 millones de euros en 2010, por cierto, cantidades nada despreciables.

Esta postura es la opuesta a la que estoy cansado de escuchar. Gente que ni siquiera paga impuestos, dice, esto lo pagamos todos los españoles. Refiriéndose  a un hecho puntual en el que se aprecia un supuesto despilfarro de la administración. Cuando yo siempre digo que muchos españoles tienen el convencimiento de que los impuestos son obligación de los demás y no de ellos.

Esta sentida defensa que hago de nuestros empresarios, mundo que conozco bastante bien, la baso en la creencia de que a pesar de todo, los empresarios son los únicos con capacidad y vocación para sacar adelante nuestra  mal trecha economía. Si lo contrastamos con el mundo político, al que conozco bastante mal, causante sin lugar a dudas, al menos en cuanto a responsabilidad se refiere, del enorme desaguisado con el que nos han distinguido en los inolvidables últimos seis años, vemos que hay una Comunidad Autónoma  que está dispuesta a jugar un papel preponderante. Se trata de una comunidad que quiere convertirse en país. Parece que las fronteras la angustian tanto que le producen ansiedad. También las deudas le producen sin razón. Lejos de reconocer la pésima administración que ha consentido en los últimos diez años, y, habiendo  solicitado un rescate eminente, anuncia querer ser independiente de España. Como yo ya he manifestado que, de esto no entiendo, solo quisiera decir, que no me parece ético y que la unidad de España no se toca.