Uno de los
valores personales con el que más me identifico, es el de la responsabilidad.
Me ayuda a ordenar mis compromisos de
forma responsable y ello me produce una satisfacción, un bienestar que
incrementa sustancialmente mi rendimiento, tanto personal como profesional. En
todo momento tengo presente lo que significa, pensar actuar o mostrase de forma
responsable. Mis interlocutores también lo aprecian y el dialogo o las
negociaciones son infinitamente más eficientes. En poco tiempo podemos llegar
acuerdos que de otra forma serían imposibles alcanzar en un espacio de tiempo
razonable.
Este
valor, lo enmarco en la familia de los
valores estructurales, es básico para conseguir hacer lo correcto en todo
momento y circunstancia. Se asocia con valores menos determinantes consiguiendo
como veremos más adelante, situaciones idílicas.
Intentemos
inicialmente definir o conceptuar, que es y que representa el valor de la
responsabilidad:
Implica asumir las consecuencias de
todos aquellos actos que realizamos consciente e intencionadamente.
Se trata de uno de los valores
personales más importante, el que nace a partir de la capacidad humana para
optar entre diferentes opciones y
elegir la mejor.
Haciendo uso de la libre voluntad,
de la cual resulta la necesidad de asumir todas aquellas consecuencias que de estos actos se deriven.
Casi todas
las decisiones que tomamos son de superación y compromiso sobre lo que significa
nuestra responsabilidad. Debemos ser
conscientes de que nuestras obligaciones contraídas se han analizado, meditado
y ejecutado en el tiempo.
Varios
objetivos se pueden logra con facilidad si nos referenciamos al
Valor de la Responsabilidad. En primer lugar, nuestra conducta asume el papel
de convertirse en tractor de una actividad que en principio no nos gusta y que
la haremos con la ayuda de una mejora continua. Nos convertiremos
involuntariamente en jueces de las decisiones tomadas y de sus consecuencias en
la sociedad en general. Por último, y por citar tan solo tres objetivos, como
compromiso y exigencia de que algo se cumpla satisfactoriamente desde lo que se
hace asiduamente.
Los Valores
que pueden asociarse al de la Responsabilidad son varios. La capacidad de Conocernos es uno de ellos. Es sin
duda, de los más difíciles de conseguir. Se dice que uno de los combates más duros de vencer, en
nuestra vida es, el de conocernos y ponderar nuestra posibilidades de éxito en
cada empresa que queramos acometer. La
Valentía, juega un papel relevante a la hora de escoger el mejor camino
para llegar a nuestro objetivo. El miedo y la duda son dos malos compañeros de
viaje. Nunca nadie ha conseguido algo importante con estos dos antivalores.
Cuando uno goza de un sólido conocimiento de si mismo sabe que nada ni nadie le
va a cambiar el rumbo. La Humildad
es un valor que debería acompañarnos siempre. Una persona sencilla, lejos de
despertar intereses de destrucción se hace fuerte con su capacidad de
razonamiento, de tal forma que el adversario se suele desconcertar haciéndose mucho
más sencillo el logro de cualquier objetivo.
La Humildad genera confianza. El Esfuerzo, tiene un contravalor muy
peligroso, la pereza. Cuantas veces nos hemos bloqueado y abandonado sin darnos
cuenta de la causa. Cada vez que iniciamos una acción que requiere un esfuerzo adicional nos entra la necesidad de asociarnos con la
pereza. Digamos pues, que más que enarbolar la bandera del esfuerzo hemos de
atacar, como sea, a la pereza. Para mí es un enorme dragón al que hay que destruir.
Resulta
imposible actuar responsablemente si no se cumple la condición indispensable, la libertad de poder actuar con todas
las consecuencias que se encuentra enmarcadas en los siguientes principios:
1. Reconocer y responder a las propias
inquietudes y las de los demás.
2. Mejorar sin límites los rendimientos en
el tiempo y los recursos del cargo que se tiene.
3. Reporte oportuno de las anomalías que se
generan de manera voluntaria o involuntaria.
4. Planificar en tiempo y forma las
diferentes acciones que confirman una actividad general
5. Asumir con prestancia las consecuencias
que las omisiones, obras, expresiones y sentimientos generan en la persona, el
entorno, la vida de los demás y los recursos al cargo conferido.
6. Promover principios y prácticas
saludables para producir, manejar y usar las herramientas y materiales que al
cargo se le confiere.
Por último,
aconsejo confeccionar una lista de las
actividades responsables que te afectan. Otra, con las amenazas que intuyes pueden
obstaculizar su consecución. Ambas te
ayudaran a clarificar la conducta a
seguir.
¡Buena
suerte y muy feliz verano¡
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