La Guerra en Ucrania no es una guerra de buenos y malos, es algo peor.
Nada es
lo que parece, una serie de errores cometidos por políticos, actualmente faltos
de luces personales y profesionales, han dejado que el rio arrastre varios
problemas, no resueltos de la segunda guerra mundial; ahora pretenden derivar
el cauce, con un pico y una pala.
La falta
de liderazgo político en los representantes de los países de la OTAN cuyo
cometido se ha podido ver cuestionado con episodios bélicos como los de Serbia,
Afganistán, Irak, y Libia, nos deja con muy poco ánimo para creer en una
organización que intenta ser defensiva para todos nosotros, y lo que hace es pinchar
en hueso, cada vez que interviene.
Siempre que me encuentro con un conflicto, sea del tipo que
sea, me hago la siguiente pregunta: ¿Quién se beneficia de esta situación?
La respuesta nunca sorprende si se conocen los ingredientes
con los que se ha cocinado este pollo.
En este caso el problema está entre las oligarquías que
marcan su capacidad de depredar a todo el que se le pone por delante. La
industria armamentista, el gas, la minería y el petróleo. También nos
encontramos con acuerdos bancarios e inmobiliarios, dos fuentes que no dejan de
saciar a los cambistas, convirtiéndoles en personajes con muy pocos escrúpulos
a cambio de llenar sus bolsillos en magnitudes escalofriantes. Estos son los
grandes consumidores de, mansiones, coches, aviones privados y todo aquello que
contribuya a saciar el inmenso ego con el que, sin él, sus vidas no tienen
ningún sentido.
Cuando un eslabón de este engranaje se desprende de la
cadena, se encienden todas las alarmas.
¿Quién ha hecho sonar la alarma? Normalmente lo hace el más débil.
Soy muy pesimista en que las negociaciones actuales sirvan
para detener la guerra iniciada entre Rusia y Ucrania. Hay un tercer país que
tiene intereses diferentes y ya ha anunciado la posibilidad de iniciar una
tercera guerra mundial y curiosamente no interviene en las reuniones de PAZ. Hoy por Hoy esta es la
clave para que las posturas se ablanden o, por el contrario, endurezcan
bélicamente.
No me cansare de resaltar la enorme influencia de los
poderosos oligarcas que necesitan crecer más para anular el escaso poder que
tienen los políticos ya desposeídos de la “estadística política”, en este
momento, fatalmente debilitada.
No quisiera dejar de mencionar uno de los más graves problema que tienen todas las sociedades. Se trata de un poderoso sector capitaneado por profesionales inclinados como único objetivo a “LA DEFORMACION TENDECIOSA DE LOS HECHOS” son personas que solo piensan en ser influyentes y esa ficticia felicidad no la encontraran jamás en el egoísmo que les ciega y degrada convirtiéndoles como cosas sin valor que se toman y se dejan según el interés que puedan ofrecer.
Con el polémico Donald Trump, Putin no hubiese arriesgado a cometer
semejante atrocidad. La debilidad de la Casa Blanca es manifiesta. Ojalá me
equivoque.
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